El cargo de tesorero conlleva responsabilidades legales que no se eluden por ser funcionario u oficial de una institución privada de carácter religioso, tal como: iglesia, seminario, colegio o cualquier otro tipo de organización, mercantil o no, pública o privada, etc., por lo tanto, un tesorero prudente debería estar interesado en realizar un servicio transparente, respaldado por una documentación que demuestre claridad y una correcta ejecución de las actividades.
Los errores de los tesoreros, bien sea, intencionales, por negligencia o por desconocimiento en la materia, pueden acarrear sanciones morales o penales, dependiendo de la falta, su gravedad y de la entidad que los investigue. En un momento determinado, una falta puede ser investigada sólo internamente por la institución o llevada a organismos policiales y judiciales del Estado.
Conclusión
El tesorero prudente reconoce la responsabilidad que tiene ante Dios, ante su organización y ante las autoridades, lo cual lo conduce a realizar su gestión de la mejor manera posible.
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